Nueva York, Estados Unidos .- Los niños soldados reclutados por el grupo yihadista Estado Islámico son adoctrinados en el Islam más radical, adiestrados para combatir con armas automáticas, a resistir el dolor y la fatiga, a cortar el cuello o disparar a la cabeza de un rehén indefenso demostrando orgullo, como si se tratara de un juego.
Esos "pequeños muhaiddines" son miles, tal vez una generación entera perdida, criados en Siria y en Irak por el Estado Islámico, a los cuales llaman "afectuosamente" los "cachorros del Califato".
Un servicio de la CNN se pregunta: ¿qué será de estos niños si el EI nunca es derrotado?.
Aunque es imposible conocer el número, según las informaciones de la cadena estadounidense, las proporciones del
fenómeno parecen "gigantescas".Esos "pequeños muhaiddines" son miles, tal vez una generación entera perdida, criados en Siria y en Irak por el Estado Islámico, a los cuales llaman "afectuosamente" los "cachorros del Califato".
Un servicio de la CNN se pregunta: ¿qué será de estos niños si el EI nunca es derrotado?.
Aunque es imposible conocer el número, según las informaciones de la cadena estadounidense, las proporciones del
La historia central es aquella de un niño sirio, llamado "Mohammed", ahora con seguridad en Turquía, y que fue enrolado a la fuerza por el Estado Islámico en Raqqa, en Siria central, "capital" del Califato, cuando tenía solo 13 años de edad.
Fue hecho ingresar a la fuerza en un campo de adiestramiento. Cuando el padre protestó -contó la CNN- los yihadistas amenazaron con decapitarlo. Y él fue impedido de visitar a su hijo.
"Por 30 días nos despertaban y debíamos correr", cuenta "Mohammed" en un video.
"Después almorzábamos y leíamos el Corán y el Hadith", las enseñanzas del Profeta. "Luego nos adiestraban con las armas: kalishnikov y otras más ligeras", añadió. Vio niños siendo azotados, un joven crucificado por tres días porque no observó el ayuno del Ramadán y una joven lapidada por adulterio.
Los niños y los adolescentes son muchas veces reclutados a la fuerza u obligando a los padres a renunciar a la custodia. Sin embargo "Yasir" afirma que, a pesar de la dureza del adiestramiento y del lavado de cerebro, todo lo hacía sentir "orgulloso, fuerte y con la sensación de un propósito".
"Los niños -explicó a la CNN Sofie Vindevogel, de la Universidad de Gand- a menudo creen que formar parte de un grupo armado lleva respeto y prestigio", y en realidad algunos se enrolan voluntariamente, incluso en forma secreta.
El servicio de la CNN pone comparación estas historias con aquellas de otros ex niños soldado. Entre ellos el sudanés Ngor Mayol, que hoy cambió y lleva una vida laboral en un negocio en Georgia, Estados Unidos. Combatió en la guerra civil con el Sudán del Norte.
"Viví en un lugar que nunca olvidaré, donde la carne humana es usada como alimento para los pájaros e insectos", escribió en una prueba de lengua inglesa. No tuve necesidad de rehabilitación o de recurrir a "deprogramación" y no parece sufrir de síndrome post-traumático.
Aparte el recuerdo de los amigos que perdió, "estoy orgulloso de mi pasado de militar en la defensa de Sudán del Sur".
"Perdí toda mi infancia", recuerda Mayol, para el cual "comenzar la escuela más viejo es dura".
Pero la escuela le sirvió para reacomodar su vida y ahora también es voluntario en una ONG dedicada a la educación de las nuevas generaciones en su país.
Pero la suerte que permitió la rehabilitación de Mayol podría no llegar para miles de niños arrancados de su infancia en Siria o en Irak. Costo muy alto en términos de dinero, de dedicación y de paciencia para reconstruir la esperanza, que es la base de la rehabilitación.
"Mucho depende del contexto que los niños soldados encontrarán cuando regresen de la guerra", explicó Vindevogel. Y a menudo, al regreso, encuentran una casa destruida, una familia dispersa y personas en las que no confían.
Fuente: Ansa Latina.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario