De cada vez se hace más frecuente el uso de las redes sociales y las apps web de mensajería instantánea a todas horas, incluso cuando se está en el trabajo. Éste puede llegar a llegar a ser un motivo que propicie el bajo rendimiento laboral, sobre todo cuando se presta más atención a las conversaciones que a la faena. Por consiguiente, podría ser causa de despido procedente.
El TEDH ha emitido un veredicto en el que asegura que los mensajes privados, ya sean correos electrónicos o mensajes a través de WhatsApp web o Facebook Messenger, podrían
ser requeridos por los jefes si se ha hecho uso de ellos en horas de trabajo y con recursos de la empresa.
La decisión llega a raíz de una polémica en Rumania donde un trabajador fue despedido por un uso indebido de Yahoo Messenger. El jefe constató que en horas laborales no se hacia un uso profesional del móvil durante al menos once días. El empleado, atónito por el espionaje, creyó que se habían vulnerado sus derechos al haber leído sus mensajes personales, por lo que acudió a la justicia rumana sin pensar que ésta daría la razón a la empresa.
Los jueces de Estrasburgo se han posicionado igual que los tribunales de Rumanía alegando “un justo equilibrio entre el derecho del demandante al respeto de su vida privada” y los “intereses del empleador”. “No fue abusivo que el jefe quisiera comprobar si sus empleados realizan tareas profesionales en sus horas de trabajo. Accedió a la cuenta del trabajador pensando que contenía comunicaciones con sus clientes”.
Según la sentencia, el empleado “fue informado de las normas de la empresa en todo momento”, es decir, conocía las reglas y el riesgo que suponía incumplirlas.
El trabajador, Bogdan Mihai Barbulescu, de 36 años, era ingeniero encargado de las ventas entre 2004 y 2007. Éste tenía una cuenta de la empresa en Yahoo Messenger para responder a las demandas de los clientes, pero a través de ese correo se comunicaba con su hermano y su novia para hablar de problemas de salud o su vida sexual.
El 1 de agosto de ese mismo año la empresa lo despidió “por infringir el reglamento interior de la empresa que prohibía el uso de sus recursos con fines personales”. Ahora apelación ha considerado “razonable” la conducta de la empresa por ser “el único medio para establecer que había habido una infracción disciplinaria”.
De este modo se confirma que los jefes podrán controlar los mensajes enviados en horas laborales desde recursos de la empresa, ¿es este el primer paso antes de espiar los móviles de los empleados?
Fuente: La Vanguardia.-
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