Santo Domingo .- Vender sueños es el sucio “trabajo” de los estafadores. A propósito del caso Sammy Sosa, conviene recordar que en finanzas, si parece demasiado bueno, puede ser demasiado riesgoso o, en el peor escenario, una estafa.
El bolsillo del ex beisbolista dominicano ha sufrido un duro golpe, pues fue víctima de una pareja de estafadores que lo hizo perder 21.3 millones de euros, de acuerdo con un reporte
publicado por el diario alemán Augsburger Allgemeine.El bolsillo del ex beisbolista dominicano ha sufrido un duro golpe, pues fue víctima de una pareja de estafadores que lo hizo perder 21.3 millones de euros, de acuerdo con un reporte
En pesos, esto equivale a 1,171.5 millones, una suma para nada despreciable.
Además de Sosa, habrían sido víctimas de la pareja al menos cinco personas más. Los casos están siendo conocidos en los tribunales, de acuerdo con el medio alemán.
La acusada, una mujer con seis hijos y 49 años de edad, llevaba poco tiempo como “consultora financiera”; mientras su esposo, un ex corredor de bolsas de 60 años, se declaró insolvente en 1987, después de especular y apostar “de forma agresiva” a la moneda de Nueva Zelandia.
¿Qué pudo llevar a la estrella del béisbol a confiar en estas personas? Al parecer, la oferta parecía irresistible. El dominicano estaba buscando financiamiento para desarrollar un proyecto inmobiliario en Panamá cuando conoció a estos “mesías” que le prometían convertir 21.3 millones de euros en 300 millones en solo 10 meses.
Expresado de diferentes formas y con diversas estrategias, este es el truco básico de los estafadores, que habitualmente invitan a sus víctimas a invertir relativamente poco para ganar relativamente demasiado y en un periodo extraordinariamente corto.
Este tipo de decisiones de inversión son muy comunes y lamentables. Tener una expectativa de retorno exageradamente optimista o ilusa nos puede a llevar a cometer errores con costos muy altos y que son comunes, incluso, entre inversionistas con mucha experiencia y bien advertidos.
El optimismo desproporcionado es, de hecho, el primer error común entre los inversionistas, de acuerdo con la lista “Tips for evoidind the top 20 common mistakes”, de Robert Stammers, director de Educación del Inversor en el CFA Institute.
Haber confiado en promesas de negocios “redondos”, con riesgo bajo y una rentabilidad muy superior al promedio, es el primer hecho en común de todos los estafados.
La lección: empiece dudando, indague y consulte a expertos de confianza. Haga el ejercicio de detectar los sueños, que como escribió Calderón de la Barca, “sueños son” y tenga presente que es, en el mejor de los casos, inútil comprarlos.
Fuente: Argentarium.-
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