Santo Domingo .- Las quejas en el país por inconformidad en las estaciones de combustibles siguen aumentando y el Instituto de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor) lo sabe.De hecho, la directora de esa institución, Altagracia Paulino, confirmó ayer a elCaribe que en lo que va de año las mayores denuncias recibidas tienen que ver con estaciones de gasolina, especialmente en el interior del país.
“Hemos encontrado algunos fraudes y hemos realizado los ajustes que se requieren, pero te puedo decir que las mayores denuncias vienen de esa parte”, aseguró.
Las redes sociales (Facebook, Twitter y otras) son una suerte de “escape” para las críticas y lamentos de la gente. Unos dicen que el combustible les rinde menos cuando lo compran en una estación diferente que donde lo hacen habitualmente. Y otros dicen que a veces los combustibles rebajan de precio pero eso no se refleja cuando el cliente echa la cantidad acostumbrada. “Yo generalmente echo mil pesos los viernes, y se supone que si la gasolina baja cuatro pesos, eso debe reflejarse en algo si yo compro la misma cantidad. Te puedo decir que en ocasiones la aguja del tablero se queda igual”, dice Luis Ramírez, un ciudadano consumidor.
Según las quejas, la modalidad de fraude por parte de quienes despachan el combustible en las estaciones o
“bombas de gasolina” varía. Las denuncias recibidas en Pro Consumidor lo confirman porque es el mayor número de fraude denunciado en lo que va de año.“Hemos encontrado algunos fraudes y hemos realizado los ajustes que se requieren, pero te puedo decir que las mayores denuncias vienen de esa parte”, aseguró.
Las redes sociales (Facebook, Twitter y otras) son una suerte de “escape” para las críticas y lamentos de la gente. Unos dicen que el combustible les rinde menos cuando lo compran en una estación diferente que donde lo hacen habitualmente. Y otros dicen que a veces los combustibles rebajan de precio pero eso no se refleja cuando el cliente echa la cantidad acostumbrada. “Yo generalmente echo mil pesos los viernes, y se supone que si la gasolina baja cuatro pesos, eso debe reflejarse en algo si yo compro la misma cantidad. Te puedo decir que en ocasiones la aguja del tablero se queda igual”, dice Luis Ramírez, un ciudadano consumidor.
Según las quejas, la modalidad de fraude por parte de quienes despachan el combustible en las estaciones o
El caricaturista José Mercader narró a este diario lo siguiente: “Pedí que me echaran 2,000 pesos y cuando iba por 1,500 pesos me limpiaron el vidrio y me distraje pero veo en pantalla que ya hay 2,000. Me quedé pensando momentáneamente, pero como fue en la bomba del 28 y yo quería llegar a la capital, no le di mente y no dije nada”.
Y agrega: “otro truco es que cuando te están echando, el conteo se para en 200 o en 300 pesos y te dicen que la máquina se ‘friza’. En realidad lo que está ocurriendo es que están echando lo que le robaron al cliente anterior y a partir de ahí entra otro conteo”.
Le están tirando el ojo
Pro Consumidor, a través de su directora ha emitido una alerta general a los usuarios y a los que dispensan combustibles al público. El organismo advierte que no se debe andar jugando con ese tema, porque esa modalidad constituye un delito de robo y los casos que lleguen a Pro Consumidor serán dirigidos al Ministerio Público. “La gente que haga su denuncia, que traiga sus evidencias para nosotros poder actuar”, sugirió Paulino.
“Tenemos muchas denuncias de esa naturaleza, especialmente de que no les alcanza la gasolina. Tenemos gente que ha comprado una cantidad equis de gasolina y al llega a la esquina se le acaba”, indicó la funcionaria.
Paulino agregó que el tema se trabaja junto al Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal), tomando en cuenta que el país está abocado a contar con una política nacional de calidad. “Ante esa política de calidad nosotros tenemos que actuar con metrología, que es todo el sistema de medida de aquí. Todo tiene que ser claro y adecuado a los estándares internacionales”, apuntó.
Aconsejó a los usuarios identificar las estaciones que incurren en el fraude, con sus nombres y apellidos, así como las direcciones dónde están ubicadas. “Eso hay que decirlo. Eso es robo, esa es la verdad”, advierte Paulino.
Paulino pide mencionar a los que hacen fraude
Los casos de fraude no solo cuentan por redes sociales. También “se suenan de boca en boca”. Una amiga de Mercader le contó que pidió le echaran 1,000 pesos de gasolina premium y cuando en la máquina se leía que iban 800 el bombero le pregunta si el aceite está bien, señalando hacia la parte delantera del carro. Automáticamente ella miró a esa dirección y al volver la mirada hacia la bomba, en segundos ya se leía 1,000.
“Cuando esto ocurrió ella se alteró y le preguntó qué pasó ahí, que no le echaron su gasolina completa. Como ella se alteró, el tipo se asustó y le dijo que ella tenía razón, que es que se había “frizado” y volvió la máquina a su estado anterior, o sea, a los 801 pesos. Ella le pidió la devolución de 200 y le dio el peso que faltaba y se fue”, contó Mercader, al referir el caso.
Otro delito distinto lo sufrió el esposo de una empleada pública (el afectado no posee vehículo y pidió reserva del nombre) cuando le clonaron la tarjeta de crédito en una gasolinera de San Pedro Macorís por 3,500 pesos. Lo llamaron del banco un día feriado para preguntarle si había tenido el consumo en el lugar citado, lo cual negó.
Fuente: El Caribe.-
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