México .- Un bebé mexicano de apenas 10 meses que pesa 30 kilos, es decir, como si tuviera 9 años, mantiene alarmados a los médicos que lo atienden y su familia, preocupada principalmente por la salud de su hijo pero también por los altos costos de su tratamiento.
El insólito caso se registra en Tecomán, una localidad del estado occidental de Colima, donde nació a principios de este año Luis, que usa ropa talla 8 y a diferencia de un pequeño de su edad casi no duerme porque siente que se ahoga y por lo tanto no deja a
sus padres hacerlo tampoco.El insólito caso se registra en Tecomán, una localidad del estado occidental de Colima, donde nació a principios de este año Luis, que usa ropa talla 8 y a diferencia de un pequeño de su edad casi no duerme porque siente que se ahoga y por lo tanto no deja a
Un grupo de expertos en nutrición, cardiología y endocrinología de la ciudad de Guadalajara, vecina a Colima, acudieron a la vivienda de la familia de Luis para hacerle algunos estudios y llevarse muestras de saliva y de la leche materna de su madre, Isabel Pantoja, para analizar el caso.
"Me preocupa lo que está pasándole a mi niño. Su ropa siempre fue pequeñita hasta que empezó a crecer descontroladamente", dijo la mamá al diario local Milenio.
Los médicos que atienden al "niño gigante" creen que podría sufrir el raro síndrome de Prader Willi, muy poco frecuente entre los mexicanos, provocado por factores genéticos, que afecta sobre todo el hipotálamo, la zona del cerebro que controla el hambre, la temperatura y el sueño.
Según el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos el síndrome es incurable y una terapia basada en el suministro de la hormona de crecimiento, el ejercicio y la asistencia nutricional pueden ayudar a generar masa muscular y controlar el peso. La mayoría de las personas con esta condición necesita cuidados especiales y supervisión constante durante sus vidas, de acuerdo con el organismo.
Hasta dentro de un par de semanas no se conocerá el diagnóstico para confirmar si en efecto Luis sufre de este mal y para determinar el tratamiento al que deberá someterse, pero la angustia de la familia ahora es saber si podrá afrontarlo, pues de necesitar tratamiento hormonal el costo sería muy alto.
Cada dosis cuesta unos 500 dólares, un gasto que los padres del niño no pueden enfrentar, por lo que lanzaron un llamado a la gente para que haga donativos a fin de poder sufragar los costos de la terapia.
"El tratamiento sería impagable", si no existe una ayuda tanto del gobierno como de otras personas, señaló la madre.
"Como madre me da miedo que un día falle su corazón cuando estemos durmiendo", dijo Isabel, quien recordó que al principio el niño tenía medidas normales y el proceso de gestación fue normal, aunque notó que era "un niño muy hiperactivo, pues se movía para allá y para acá".
Al nacer, midió 52 centímetros y pesó tres kilos y medio, pero un mes después la situación cambió y comenzó a subir de peso rápidamente, lo que generó preocupación de los padres que comenzaron la ardua búsqueda de expertos que les explicaran qué estaba pasando y cómo podrían enfrentarlo.
"Nos dimos cuenta que estaba dejando la ropa muy pronto y le teníamos que poner de un año, dos años. Y empezamos a ver que el niño empezó a engordar, que estaba haciéndolo de hecho muy rápido" dijo Pantoja.
Hacia el futuro, la incertidumbre de los padres se enfoca no sólo en los costos del tratamiento sino en los riegos.
"En algunos casos con el tiempo del tratamiento, hay ocasiones que los niños han fallecido, pero por paro cardíaco por el peso que tienen más que nada", dijo Mario González, padre de Luis.
Fuente: Ansa Latina.-
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